martes, 5 de febrero de 2013

La magia de los pequeños

La magia de los pequeños 
Érase una vez, en un pueblo muy pequeñito llamado Pekechiky, vivían muchos niños y niñas con sus familias, todos eran muy felices, las casas eran de galleta, los coches de caramelo, las carreteras de azúcar y las farolas…mm… las farolas eran de regaliz. ¡¡QUE RICO!!
 El pueblo, era un sitio mágico, olía muy bien, todo estaba muy cuidado, los niños usaban las papeleras cuando se encontraban los papeles por el suelo o querían tirar algo, en casa y en el cole recogían siempre todos los juguetes, eran muy obedientes y nunca se peleaban unos con otros, eran amigos.
Si algún día alguno no cumplía con estas normas y se portaba mal… los ángeles, que eran muy pequeñitos, rápidos, brillantes y lo veían todo, acudían rápidamente a regañar y castigar a estos niños.
Los ángeles eran muy buenos y siempre estaban ayudando a la gente y jugando con los niños y niñas del pueblo, pero cuando algo malo pasaba… el pueblo, que era mágico, empezaba a ponerse triste, las farolas de regaliz empezaban a doblarse, las paredes de las casa a romperse, las carreteras a derretirse… y si esto llegara a pasar… el pueblo desaparecería y con él todos los niños y niñas que vivían en Pekechiky. Por eso los ángeles cuando alguien se portaba mal, tenían que ponerse serios y regañar y castigar al que había sido malo.
Por suerte esto no pasaba a menudo, los niños eran muy traviesos pero nunca se portaban tan mal como para que los ángeles tuvieran que   enfadarse.
Cuando iba a llegar la navidad, todo el pueblo se ponía muy feliz, empezaba a nevar, todo se llenaba de luces, los coches se vestían con chocolates y dulces navideños, la gente pasaba mucho tiempo en la calle jugando y hablando con amigos y vecinos y en el cole… los niños aprendían muchos villancicos que luego después cantaban en casa y con sus amigos por las calles ¿Vosotros os sabéis alguno?
Las sonrisas de la gente hacia que el pueblo fuera cada vez más feliz y se pusiera más bonito.
En estas fechas, todos los niños escribían sus cartas a los reyes magos, les decían como se habían portado ese año y a continuación pedían dos o tres regalos. Sabían que los reyes tenían que repartir regalos a muchos niños por todo el mundo y que si pedían demasiados no iba haber para todos, ¡¡son muchos niños los que hay por todo el mundo!! Los ángeles eran los encargados de recoger todas las cartas de todos los niños y llevárselas a los reyes dándoles también la lista de los niños que habían sido buenos y los que habían sido malos.
El día de reyes por la mañana todos los niños y niñas quedaron en la plaza del pueblo para dar a los ángeles sus cartas, ellos cuando la tuvieron todas bien guardadas, se despidieron de las personas del pueblo y rápidamente se marcharon, los reyes viven muy lejos y tenían que llevar las cartas antes de que anocheciera.
Pero ese día… nada más salir del pueblo…, unos niños, que eran muy egoístas, desobedientes, pegones y malos cogieron a los ángeles que volaban con las cartas de los niños, les ataron y les encerraron en una caja grande de madera donde no podían usar ni la magia ni podían salir.
Estos niños eran del pueblo, pero siempre estaban castigados, eran muy malos y los ángeles se enfadaban a menudo con ellos. Como se portaban tan mal nunca nadie quería jugar con ellos y el pueblo se ponía triste cuando ellos paseaban por él. Los reyes siempre les traían carbón y les decían…- Si este año os portáis bien, el año que viene tendréis muchos regalos. Pero pasaba otro año y los niños seguían sin obedecer a la profe, sin hacer caso a los mayores, pegando a sus amigos… y los reyes volvían al pueblo sin regalos para ellos.
Por ello pensaron que este año como ellos habían sido malos y no iban a tener regalos, el resto de los niños tampoco iban a tener, si secuestraban a los ángeles las cartas de los  juguetes de cada niño nunca llegarían a los reyes magos y estos no se pasarían este año por Pekechiky.

Esa misma noche, todos los niños y niñas del pueblo, después de cenar con sus familias, se fueron rápidamente a la cama dejando junto al árbol de navidad 3 vasitos de leche y unos dulces para cuando lo reyes vinieran que se lo tomasen.
A la mañana siguiente todos despertaron muy pronto corriendo al árbol de navidad a ver que les había dejado los reyes esa noche pero…. El árbol estaba vacío, no había regalos… salieron a la calle a ver a sus amigos y a preguntar que había pasado, pero todos estaban igual ¡¡LOS REYES NO HABÍAN IDO!!
 Unos minutos más tarde el cielo se empezó a poner gris, las farolas se doblaban poco a poco, los coches se estaban poniendo de color negro y las casas….. ¡LAS CASAS SE ESTABAN ROMPIENDO!! No entendían que estaba pasando… hasta que de repente, vieron a 3 niños que iban cantando y riendo por la plaza del pueblo. Uno de los niños, el más valiente, Nacho,  dijo –Eh vosotros de que os reis tanto ¿? Los 3 niños, sin quitar sus sonrisas de la  cara dijeron –Hemos sido nosotros, si nosotros no tenemos regalos, vosotros tampoco.
Rápidamente todos los niños del pueblo fueron a la casa de los ángeles a contarles lo que había pasado pero… ¿A que no sabéis que vieron? Toda la casa estaba rota, derretida, las paredes, que estaban en el suelo eran de color negro y la puerta que antes era de brillantes ahora era de pinchos…
Todos los niños se pusieron a llorar, estaban muy tristes. No tenían regalos, los ángeles habían desaparecido y su pueblo poco a poco estaba desapareciendo.
Se pasaron todo el día buscando a los ángeles (willi, tomas, Alicia, esmeralda…) ¡Ayudadme!
Pero nada ni rastro de ellos. Empezaba a anochecer y mucha gente ya no tenía casa, los suelos se estaban hundiendo, sabían que a la mañana siguiente tendrían que abandonar el pueblo. Asique se reunieron todos en el centro de la plaza para pensar en alguna solución.  Pero… de repente! Apareció una estrella fugaz que cruzó el cielo del pueblo de lado a lado iluminándolo, todo el mundo miró hacia el cielo alucinado, nunca habían visto nada igual. De la estrella bajaron tres reyes en sus camellos, ¡¡ERAN LOS REYES MAGOS!!
 Se colocaron frente a los vecinos y les dijeron – Hola, Pekechiky, que ha pasado este año, no he recibido carta de vosotros y… no consigo localizar a los ángeles.
-  La gente del pueblo no se atrevían a contar nada, nunca habían visto a los reyes y no sabían si fiarse…
 Nacho, uno de los niños más valientes del pueblo dio un paso al frente y les contó todo lo que había pasado, los Reyes Magos se preocuparon bastante, sabían que quedaba muy poquito tiempo para que el pueblo desapareciera y si no hacían algo pronto.... ¿Queréis saber  lo que hicieron? .
Los Reyes Magos, cogieron un poquito de nieve en sus manos y dijeron–Vamos a crear un conjuro para que todo se soluciones pero para ello vamos  a necesitar la ayuda de todos los niños y niñas del pueblo asique poneros en pie y hacer un círculo. Ahora vamos a decir 3 veces
Magia potagia de pies a cabeza, este conjuro se enfrenta a leyes de la naturaleza. Niño hechizado, niño hechizado ladra 5 veces y serás desencantado. ¿Probamos nosotros también?
Y dicho esto, el pueblo volvió a ser el mismo que era antes, los colores, el olor, las casas … todo volvió a su sitio pero… seguían faltando cosas por solucionar asique los Reyes, mucho más tranquilos cogieron un poco de nieve de nuevo y con la ayuda de Nacho empezaron a decir: -Polvitos de pir lin pin pin! y de la nada apreció un frasquito de polvos dorados en manos de Melchor .
Y premiando a Nacho por haber sido el más valiente del pueblo y no mentir nunca… le concedieron tres deseos. Nacho cogió unos poquitos de polvos en su mano y dijo – Deseo que vuelvan los ángeles guardianes y soplando con fuerza los polvos…. ¡¡Los ángeles aparecieron!! El segundo deseo le dijo Gaspar  y nacho dijo… Deseo que los 3 niños malos del pueblo sean buenos para siempre y repitiendo lo de antes soplo con fuerza y de repente aparecieron los tres niños pidiendo perdón a todo el mundo.
- Por último, dijo Baltasar, Nacho te queda el último deseo piénsalo bien. Y Nacho cerró los ojos y dijo… Deseo que todos los niños del pueblo puedan pedir un deseo. Todos empezaron a aplaudir a Nacho y los Reyes cumpliendo el deseo que había pedido les dio un puñadito a cada niño.
Finalmente mientras todos los niños y niñas del pueblo disfrutaban de su  deseo  los Reyes Magos echaron un nuevo conjuro sobre el pueblo que decía: 
Lluvia de estrellas, polvo de mar vientos polares, aurora boreal canta una canción para terminar.
Y empezaron a cantar. 

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